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De poco han servido los protocolos y los controles. No por esperado deja de ser grave, pero tarde o temprano la picaresca o el egoísmo iba a emerger en su mejor versión española. Algunos de los responsables públicos que llevan meses pidiendo sensatez y cumplimiento de las normas, ahora se las saltan, impunemente claro.
La cuestión era saber quién abriría el fuego y lograría que le vacunaran al margen de los protocolos, de los grupos de riesgo y del orden que se debe llevar para la COVID-19.
Y en 24 horas la Comunitat Valenciana se ha puesto a la cabeza del bochorno nacional con 3 alcaldes que, haciendo valer su cargo, se han administrado la primera dosis de la vacuna: los de El Verger, Els Poblets y Rafelbunyol.
El alcalde de El Verger, Ximo Coll, y la alcaldesa de Els Poblets, Carolina Vives, ambos del PSPV y matrimonio, han sido ya vacunados contra la COVID-19, tal como publicó Europa Press, citando su versión, porque recibieron una llamada el pasado viernes del centro de salud para suministrársela debido a que «sobraban dosis» y prefirieron vacunarse antes de que se «tiraran a la basura».
El tercero en unirse a la moda del “alcalde vacunado” ha sido otro primer munícipe del PSPV-PSOE, Fran López, quien por toda explicación aseguró que “te lo ofrecen y no te lo piensas”. Eso sí, ha pedido ya disculpas, a la vez que ha asegurado que no dimitirá, cosa que ya le han pedido desde Ciudadanos.
La Generalitat Valenciana anunciaba ayer tarde una investigación para esclarecer lo acontecido, pero se augura que será corta: les vacunaron y no tenían que haberlo hecho, además deberían haberse negado. Fin de la investigación. Lo de las responsabilidades políticas se deja para el código de cada partido, que varía en función del día, la hora y si el aire viene de Llebeig o del Cierzo. Traducido: carpetazo y a otra cosa.