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Las personas que no tenemos dificultades de movimiento, no nos damos cuenta de las barreras urbanas que padecen aquellos que sí que tienen problemas para desplazarse como nosotros.
Los salva escaleras y elevadores son elementos que ayudan a estas personas, ya que en su caso unos simples escalones como los que hay a la entrada de algunos edificios públicos constituyen una barrera insalvable.
¿Qué tipos de problemas se encuentran?
El entorno urbano se convierte en una especie de jungla para aquellos que van con muletas, que se desplazan con bastón, en silla de ruedas o con uno de esos scooters eléctricos que llevan las personas mayores.
Barreras urbanísticas
Aunque los que caminamos sin dificultades no las percibimos, aquellos que no lo hacen sí que se dan cuenta.
Podemos nombrar las aceras estrechas que impiden el paso de la silla de ruedas o de un andador, las farolas que se colocan en mitad del acerado, los pavimentos irregulares que convierten en una tortura caminar con bastón o con andadores, etc.
Barreras en edificaciones
Quizá estas son las peores, ya que pueden llegar a impedir a una persona con movilidad reducida acceder al interior, o al menos hacerlo de forma autónoma y sin pedir ayuda.
En este caso el catálogo es muy amplio, pero lo más típico es que el acceso desde la calle tenga escalones, o que ocurra algo similar dentro para acceder al ascensor.
No son los únicos problemas, puesto que existen muchos edificios sin ascensor, rampas imposibles de subir con una silla de ruedas o incluso fincas que si bien permiten el acceso de estas personas a las viviendas, no lo hacen a las zonas comunes.
Barreras en el transporte público
Subir al transporte público sin dificultades es otro de los caballos de batalla de aquellos que tienen problemas para moverse, ya que se encuentran estaciones de metro sin ascensores, autobuses que carecen de rampas, trenes mal acondicionados, etc.
De hecho, en Madrid se han llevado a cabo estudios y alrededor de un 15 % de las personas con movilidad reducida no salen nunca por problemas de accesibilidad, lo cual nos indica que estamos ante una situación que hay que resolver.
Por suerte, cada vez existen más soluciones
Todas estas barreras se pueden eliminar, y de hecho no paran de salir soluciones con el fin de poder acabar con ellas, por complicadas que parezcan.
A la clásica rampa destinada a las sillas de ruedas, que a veces es tan empinada que no sirve de nada, se le unen las plataformas elevadoras, las sillas salvaescaleras, las sillas grúa para las piscinas e incluso las escaleras convertibles, que con un botón pasan de ser una escalera a una plataforma para elevar sillas de ruedas.
Aquellas personas que por diversas circunstancias tienen su movilidad reducida, se encuentran con problemas para hacer una vida normal en las ciudades debido a que se topan con una gran cantidad de barreras que se lo impiden, tanto en la calle como en los edificios y en el transporte público. No obstante, estamos avanzando y, por suerte, cada vez el número de soluciones para facilitar la movilidad se está incrementando.