La asociación agrària La Unió Llauradora i Ramadera ha informado que los agricultores de Utiel-Requena y de la Montaña de Alicante hacen frente unas pérdidas anuales superiores a los 18 millones de euros, a causa de la fauna salvaje, por lo cual reclama ayudas a la Generalitat.
Los agricultores atribuyen estos daños a la sobrepoblación de fauna silvestre y salvaje de jabalí, conejo, cabra montesa, arruí, muflón y ciervo.
En cuanto a la zona de Utiel-Requena los daños se cifran en 8 millones de euros, mientras que en las comarcas alicantinas de la Marina Alta, la Marina Baixa, El Comtat, l’Alcoià, l’Alacantí y el Alto y Medio Vinalopó, ascienden a 10 millones. Los cultivos afectados principalmente son la vid, el olivar, almendros, otros frutales y cereal.
La Unió considera que la agricultura en la Montaña de Alicante se enfrenta, además de a la sequía prolongada, a una amenaza creciente como son las especies cinegéticas. Los ciervos, muflones, arruís, etc., animales que en tiempos pasados eran considerados parte del atractivo natural de la zona, se han convertido en una preocupación significativa para los agricultores. Estos animales, introducidos o gestionados con fines cinegéticos, están causando daños considerables a los cultivos y generando un impacto económico y ambiental alarmante.
Todos estos animales son herbívoros por lo que se alimentan de una amplia variedad de plantas, incluyendo las cultivadas por los agricultores de la zona. Los ciervos, por ejemplo, tienen una preferencia por brotes tiernos y hojas, lo que los convierte en una amenaza para las plantaciones jóvenes y los árboles frutales. Los muflones, con sus hábitos de pastoreo, pueden devastar campos enteros de cereales y hortalizas, mientras que los arruís, con su capacidad de adaptarse a terrenos escarpados, no solo consumen cultivos, sino que también pueden desarraigar plantas en busca de alimento.
Aparte de esta evidente pérdida directa de la cosecha también hay consecuencias indirectas, como el aumento de los costos para los agricultores que deben invertir en medidas de protección, así como en la replantación de cultivos dañados. Además, los daños recurrentes pueden desincentivar a los agricultores, reduciendo la productividad y la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas. El impacto económico de estas especies en la agricultura alicantina es significativo. Los daños causados no sólo afectan a los cultivos, sino que también están provocando accidentes de tráfico, y el riesgo de transmisión de enfermedades a otras especies animales.
El arruí por ejemplo es una especie procedente del norte de África e introducida en Murcia en los años 70 y está catalogada como especie exótica invasora. En las comarcas de la Montaña de Alicante se calcula que puede haber unos 2.500 ejemplares.
“El equilibrio entre la conservación de la fauna cinegética y la protección de la agricultura es un desafío complejo, pero manejable. La Montaña de Alicante, con su rica biodiversidad y su importante sector agrícola, puede servir como modelo para otras regiones enfrentadas a problemas similares. Con un enfoque integrado y sostenible, es posible proteger los intereses de los agricultores al tiempo que se conserva la riqueza natural que define a esta hermosa región. Es crucial por tanto implementar desde la Conselleria de Medio Ambiente estrategias de gestión sostenible que equilibren la conservación de la fauna cinegética con la protección de la agricultura”, señala Miguel Ángel García, agricultor afectado y productor de aceite de La Unió en Benifallim (l’Alcoià).
García ha visto como en los últimos años ha perdido bastante cosecha de aceitunas en la parcela que tiene más cercana a la sierra por los destrozos de los animales ungulados, mientras en 2022 tuvo unos 1.300 kilos, en 2023 recogió ya solo sobre 300.
Intervención de la Generalitat
Estas ayudas que reclaman a la Generalitat deberían servir a juicio de La Unió para compensar los daños, emplear medidas preventivas y financiar de forma gratuita también tratamientos con repelentes.
La Conselleria de Agricultura reconoce oficialmente que “las medidas aplicadas hasta el momento para luchar contra la fauna silvestre no son suficientes para frenar la expansión demográfica de diversas especies, ni la frecuencia y magnitud de sus impactos sobre las actividades humanas y el medio natural”. También considera que “las especies están incrementando su población y por tanto se amplían las áreas afectadas alcanzando niveles de riesgo real para las explotaciones agrarias”.
A pesar de todo ello, Conselleria sigue sin poner en marcha las ayudas propuestas en su día y aprobadas por les Corts para paliar los daños en las explotaciones agrarias causadas por especies cinegéticas. Están dotadas con un importe ridículo de 250.000 euros, mientras por ejemplo en una comunidad vecina como Cataluña el presupuesto será de 6,3 millones de euros.
Además, cabe denunciar el cambio de opinión de la Conselleria de Agricultura a la hora de dar ayudas para paliar los daños causados por la fauna cinegética en las explotaciones agrarias de la Comunitat Valenciana, ya que ahora prevé únicamente medidas de prevención en lugar de compensación, tal y como había anunciado en reiteradas ocasiones. LA UNIÓ sigue reclamando que combinen ambos aspectos.
En el reciente Anuncio de consulta pública previa sobre el proyecto de orden de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca, por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de ayudas al establecimiento de medidas preventivas en explotaciones agrarias con el fin de paliar los daños causados por la fauna cinegética en el ámbito de la Comunitat Valenciana, se especifica que las ayudas estarán destinadas a prevenir los daños causados por la fauna cinegética, mediante el establecimiento de barreras que impidan su acceso a las mismas y, en consecuencia, daños en los cultivos o transmisión de enfermedades en las especies pecuarias.
Básicamente, las ayudas serán para poner vallas que en muchos sitios de la Comunitat Valenciana es una práctica que no se puede hacer forma generalizada en todos los terrenos donde existen daños. Se ha empleado también sobre todo ya contra los conejos en algunas zonas con no demasiado éxito y por tanto se han mostrado ineficaces para atajar la plaga.
Las vallas con pastores eléctricos por ejemplo sirven en teoría para mantener a raya a los animales silvestres que amenazan las cosechas y cultivos, aunque tal y como se puede observar en el vídeo grabado en la comarca de Utiel-Requena hay explotaciones donde está instalado y los animales siguen entrando y provocan destrozos.
Conselleria de Agricultura también anunció en su día que iba a trabajar conjuntamente en la búsqueda de soluciones, en colaboración con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y las organizaciones afectadas, para estudiar estos problemas y poder revertir la situación, circunstancia que no se ha dado porque no se reunido con las organizaciones agrarias, al menos, con LA UNIÓ.