La vida política de Chiva está repleta de giros inesperados de guión que consiguen situaciones que parecían inverosímiles cinco minutos antes. Y ayer se produjo una más a añadir a la larga lista de los últimos treinta años.
Comenzaba el día anunciando Activa Chiva la ruptura del pacto de gobierno, la renuncia de sus dos concejales a las competencias y concejalías y por lo tanto dejaban a PP y a VOX en minoría en ese gobierno, y todo ello por sentirse “ninguneados” por los populares a la hora de aprobar las cuentas públicas.
Parecía que el PP y VOX no podrían sacar adelante los presupuestos de 2024, que ya se llevaban a pleno con seis meses de retraso sobre lo que debería hacerse. Sus 7 concejales eran minoría frente a los 10 que aglutina la oposición.
Pero como en la política chivana nada se puede dar por seguro hasta que un concejal vota en el pleno, las cuentas sí salieron adelante. A los votos de PP y VOX se unió el del concejal de Vinchi, que a pesar de no tener competencias de gobierno ya apoyó la investidura de Amparo Fort y ha dado su voto en diferentes votaciones estos meses; pero no era suficiente, faltaba un voto afirmativo, o en su defecto una abstención.
Y fue el PSOE el que dio oxígeno al PP absteniéndose sus tres concejales en la votación y permitiendo que el presupuesto 2024 salga adelante por mayoría simple.
Los socialistas aseguraron en sus redes sociales oficiales que se abstuvieron “por responsabilidad y no paralización de los servicios públicos”, y añadieron que no les parecía “una buena noticia la ruptura del equipo de gobierno, por la inestabilidad y las dificultades para la gobernabilidad que provoca en el municipio de Chiva”. Por último añadían en un breve comunicado que “intuimos que la ruptura del gobierno se produce por intereses particulares y no por interés general”.
Tener los primeros presupuestos aprobados de una legislatura podría ser suficiente para que PP y VOX se planteen continuar así los tres años que faltan, apoyándose en otros partidos para votaciones puntuales.