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El proyecto que tiene como objetivo contribuir a la vertebración de l’Horta Sur con una red segura para ciclistas y peatones que aprovecho la renovación de un camino histórico para conectarlo con el futuro eje entre la Cruz Cubierta y la plaza de España.
La diputada de Movilidad Sostenible, Dolors Gimeno, ha presentado el anteproyecto de Urbanización y ordenación del tráfico no motorizado en el Camino Real desde Albal a la CV-33 hasta la conexión con las rondas de circunvalación en València, como primer paso para estudiar soluciones de trazado y una estimación del presupuesto de las obras y del proyecto necesario.
El proyecto que tiene como objetivo contribuir a la vertebración de l’Horta Sur con una red segura para ciclistas y peatones que aprovecho la renovación de un camino histórico para conectarlo con el futuro eje entre la Cruz Cubierta y la plaza de España, siendo la Diputación el organismo público idóneo para acometer el proyecto pedido por los municipios afectados a través de la Mancomunidad de l’Horta Sur.
Tal y como ha adelantado la diputada Dolors Gimeno, el estudio presenta dos opciones con diferentes variaciones. La primera alternativa con tres opciones presenta el carril bici segregado, en el ámbito de calzada, separado del tráfico rodado y los itinerarios peatonales y diferentes puntos de origen en la ciudad de València, mientras que la segunda alternativa, contempla el uso compartido de la calzada por el tráfico y el ciclista con medidas de pacificación del tráfico y balizamiento.
A la jornada de presentación celebrada en el salón de Plenos de la Diputación de València, han asistido, el alcalde de Catarroja, Jesús Monzó y el regidor de Urbanismo y Movilidad, Martí Raga; la alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz; el alcalde de Massanassa, Paco Comes Monmeneu; el regidor de Obras de Albal, Ramón Tarazona; la regidora de Urbanismo de Alfafar, Encarna Muñoz; el regidor de Movilidad Sostenible del ayuntamiento de València, GuiseppeGrezzi; y el presidente de la Mancomunidad de l’Horta Sur, Jose Francisco Cabanes.
Una vez presentado el anteproyecto con las diferentes opciones y presupuestos estimados, que rondan entre los 2,2 millones y los 8,3 millones de euros, se inicia el proceso de estudio por parte de los ayuntamientos y el proceso de participación ciudadana para decidir entre las diferentes opciones.
La exposición de motivos de la ley de Movilidad de la Comunidad Valenciana 6/2011 de 1 de abril, contempla el cambio de modelo hacia una movilidad mediterránea asociado al goce de la ciudad y del entorno que supone una disminución real de los niveles de emisiones y consumos energéticos como uno de los objetivos a perseguir que se han visto potenciados con la aprobación de la Agenda 2030, «especialmente en el objetivo 9.1 mediante el desarrollo de infraestructuras fiables, sostenibles y de calidad como estímulo para la recuperación económica, la calidad de vida y la creación de ocupación», ha recordado la diputada Gimeno.
¿Qué es el Camino Real?
El Camino Real de Madrid es una vía construida a finales del siglo XVIII, de gran importancia logística al conectar ciudades periféricas con el interior peninsular, apoyando a su trazado puntualmente sobre la calzada romana Vía Augusta. Posteriormente, en el siglo XX se designó como N-340.
Concebida de carácter interurbano, el desarrollo progresivo de las urbes limítrofes fue configurando la vía en la malla urbana, convirtiéndola en un eje dinamizador de las economías locales de parte de València y las poblaciones de Alfafar, Benetússer, Massanassa, Catarroja, Albal, Beniparrell y Silla.
A medida que se impusieron en el siglo XX los tráficos motorizados y los transportes de mercancías por carretera, la vía fue incapaz de soportar la elevada intensidad de tráfico. Se desdobló primero por el actual V-31 de titularidad estatal, completando posteriormente con la CV-400 de titularidad autonómica (en la actualidad la Generalitat Valenciana está ejecutando las obras de pasarela peatonal y ciclista que separa estos tráficos de la CV-400 dando continuidad a la CR-400 con la ciudad de València) que deja al Camino Real como una vía de carácter urbano, manteniendo su potencial de eje dinamizador a causa de su trazado e historia.
Actualmente la vía es de baja calidad ambiental, aunque hay bastante disparidad en cada uno de los municipios que travesía. Se mantienen los dos sentidos de circulación para vehículos motorizados, permitiendo giros a izquierda, con zonas de aparcamiento a ambos lados y aceras variables en ancho y tratamiento.
El transporte público de conexión intermunicipal y sus paradas se desarrolla por esta vía. No hay carril separado para ciclistas, lo cual sumada al alta intensidad de tráfico la hace una vía insegura. Se suman a la complejidad de la circulación los tráficos transversales que comunican los cascos urbanos con los polígonos industriales que se han desarrollado especialmente al este y ocupan el territorio hasta la V-31.