Formador y escritor español, Javier Alandes nació en Valencia en el año 1974. Se licenció en Economía por la Universidad de Valencia. Junto a su labor de escritor, Alandes desarrolla su carrera profesional escribiendo, formando e impartiendo conferencias sobre emprendimiento, storytelling, competencias transversales e inteligencia emocional. También asesora a las personas que están en búsqueda activa de empleo, para que puedan transmitir adecuadamente al entrevistador su potencial y sus cualidades.
Es autor de las novelas ‘Partiendo de vuelta’, ‘La balada de David Crowe’, ‘Las tres vidas del pintor de la luz’, y ‘Los guardianes del Prado’, un thriller de aventuras ambientado en el traslado de las obras maestras del Museo del Prado de Madrid y Valencia durante la Guerra Civil. ‘La última mirada de Goya’, su nueva novela, es una obra histórica de aventuras que explora los últimos días de ilustre pintor español y un hecho real y poco conocido: la misteriosa desaparición de la cabeza del artista de su tumba.
Pregunta: ¿Cómo llevaste a cabo el trabajo de documentación para poder mover a los personajes de la obra por la España y la Francia de comienzos del siglo XIX?
Javier Alandes: En realidad es una época bastante estudiada y ampliamente documentada. Por lo que, en la parte histórica se refiere, tan solo había que leer y destacar los datos que quería que formaran parte de la novela. Por otra parte, la vida y obra de Goya también están ampliamente documentadas. Las partes difíciles fueron dos. La primera, reconstruir de forma verosímil la sociedad de la época: vestuario, medios de transporte, cómo eran las viviendas, el mobiliario, etc. Eso se soluciona viendo muchas películas y series que transcurran en la época que quieres relatar. La segunda, cómo era Burdeos en la que Goya vivió y murió allí. No puedo tomar planos de hoy en día, es fácil que hayan cambiado los trazados urbanísticos, los nombres de las calles, etc. Así que tuve me que hacer con planos de la época. Y, por supuesto, viajar a visitarla y pisar las mismas calles que Goya y el resto de personajes pisan a lo largo de la historia.
P.: La figura de Goya funciona en la novela como un símbolode lo que fueron los siglos XVIII y XIX español, de la lucha entre la ilustración y el absolutismo, con muchas figuras importantes, como el propio Goya, acabando en el exilio en medio de fuertes enfrentamientos internos.
J.A.: Goya estuvo en activo durante seis décadas, trabajó para cuatro reyes, se codeó con lo más alto y lo más bajo de la sociedad. Nada tienen que ver los cartones para la Real Fábrica de Tapices con las Pinturas Negras de su Quinta del Sordo. Hay una evolución técnica, en sus temas, en su visión social. Goya narra la historia de España de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, su obra es un tratado social e histórico de cómo fuimos. Además, hay que añadir que la sordera que contrajo a mitad de su vida le hizo variar su visión del mundo. De ahí las formas grotescas, la oscuridad, el retrato de la crueldad humana. Goya es el padre de la Modernidad, un adelantado a su tiempo. Pero vivir tantas vidas en una sola te puede llevar a acumular triunfos y a esconder demonios de tu interior.
P.: Has dedicado una novela a Sorolla y otra al traslado de las obras maestras del Prado a Valencia, ¿Qué te inspira en el arte para acudir a su mundo en tus novelas?
J.A.: No necesitamos grandes nociones de arte para poder admirar ‘Las Meninas’ o ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’. El arte tiene la capacidad redentora de hacer que miremos dentro de nosotros mismos para averiguar de qué material estamos hechos. Cuando estamos delante de uno de eso icónicos cuadros, el silencio es sepulcral, señal de que un simple lienzo nos está haciendo reflexionar y entrar en estado de introspección. El arte nos habla de quiénes fuimos y de quiénes somos. Para caminar hacia adelante es necesario mirar de dónde venimos. Y eso es lo que el arte nos aporta: una mirada retrospectiva. El arte conserva la historia de un pueblo, construye una meoria colectiva. Por eso me gusta acercarme a él de forma que nos haga recordar todo lo que el arte nos aporta y nos mejora como personas.
P.: Tu novela se centra en un hecho real: al abrir el ataúd de Goya en 1888 se descubre que su cabeza había desaparecido. ¿Cómo tuviste conocimiento de este hecho y por qué despertó tu interés?
J.A.: Goya está enterrado en la armita de San Antonio de la Florida, en Madrid. Una ermita cuyos techos fueron pintados por el maestro aragonés, creando su particular Capilla Sixtina. Cuando acudes a visitar dicha ermita te cuentan dos curiosidades: la primera es que, junto a los huesos de Goya, reposan también los restos de Martín Miguel de Goicoechea, su consuegro; la segunda, que en los restos de Goya falta la cabeza. Solo tuve que investigar un poco para conocer que el descubrimiento de que a Goya le faltaba la cabeza se produjo en 1888, cuando se exhumaron sus restos en el cementerio de La chartreuse, en Burdeos, para ser repatriados a España. Y que, a día de hoy, todavía se desconoce el paradero del cráneo. Con estos mimbres, ya vi que tenía una potente premisa para una novela, ¿dónde está la cabeza de Goya?, ¿quién profanó su tumba y por qué?
P.: La novela avanza en dos direcciones, primero en la investigación de 1888 y, luego seguimos la vida de Goya sesenta años descubrir por qué pudo desaparecer posteriormente su cabeza.
J.A.: Para mí tan importante es tratar de exponer a los lectores qué pudo ocurrir con la cabeza de Goya como averiguar dónde se podía encontrar. Y como el macabro descubrimiento se realizó sesenta años después de la muerte del pintor, las respuestas que quería ofrecer se encontraban en dos épocas distintas.
P.: Nos encontramos ante un thriller histórico, ¿cómo has trabajado para enlazar la ficción y la aventura sin desvirtuar la historia.
J.A.: La historia es la que es, ocurrió como ocurrió y la intención no es variar el resultado final. Esto no es una ucronía. Partiendo de una premisa tan potente, pero que tiene tantas lagunas, podemos hipotetizar qué pudo ocurrir. Ahí es donde entra en la parte de thriller, las aventuras, los tiroteos, la protección de Goya ante los atentados para acabar con su vida. Una gran conspiración en la que Diego Girard, un joven guardaespaldas, y Juliet Lesson, una intrépida institutriz, se verán envueltos y serán los únicos que intentarán detenerla. Y los lectores tendrán que cargar las armas, subirse el cuello del abrigo y afilar los sentidos para proteger la vida del anciano pintor español.