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Las familias con hijos en 2º de la ESO del IES La Senia han reclamado ante la Conselleria de Educación que se ponga fin a la “discriminación” y que sus hijos e hijas vuelvan a clase de forma presencial, al ser los únicos en todo el centro que no lo han hecho.
Los padres y madres han presentado un escrito en la Conselleria de Educación exigiendo soluciones urgentes para paliar “el recorte de la calidad educativa que están recibiendo nuestros hijos que no han sido incluidos en la modalidad presencial”.
Terminada la primera evaluación, consideran que ya se están poniendo de manifiesto graves carencias en la modalidad semipresencial, como la pérdida de hábitos de estudio y de una parte de la enseñanza del temario de todas las asignaturas.
“Todos tenemos que tener claro que la semipresencialidad no es una medida educativa, solo sanitaria, siendo su único objetivo el de minimizar los riesgos de contagio en las aulas. Entemos que, por su propio objetivo, tiene que ser una medida transitoria, nunca definitiva, cuya permanencia dependerá en parte de la propia evolución de la pandemia, pero en gran medida también, al firme compromiso de las administraciones en garantizar a los centros de los espacios y medios necesarios para afrontar con garantías los protocolos de seguridad”, aseguran en el escrito dirigido al conseller Marzà.
Las familias recriminan en su escrito al conseller, su mínimo esfuerzo en este sentido al no facilitar al centro los espacios y medios necesarios para incluir a todos los grupos en la modalidad presencial. “A pesar del gran esfuerzo del equipo directivo y de los docentes todos los grupos de 2º de la ESO reciben una formación semipresencial, en contra de los propios acuerdos de la Conferencia Multisectorial de Educación y Sanidad que al inicio de curso acordó que se les debía dar prioridad”, afirman los padres y madres con menores afectados.
Por último, han destacado el gran esfuerzo que tanto las familias cómo los propios docentes del centro han realizado en los últimos meses para mitigar en parte las consecuencias que se podrían estar derivando en el desarrollo de sus hijos por la ausencia de clases presenciales, que entre otros aspectos podría contribuir en el fracaso escolar de muchos de ellos, ya que por ser menores de edades entre 12 y 13 años, carecen de la suficiente autonomía y autodisciplina para el estudio y la realización de las propias tareas académicas diarias.