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El Ayuntamiento de Chiva celebrará esta tarde la sesión ordinaria de pleno de este mes, en la que uno de los puntos es dar cuenta del paso al grupo de los no adscritos del único concejal que tenía el PSOE, Norberto Máñez.
Se cumplirá así la petición de la Resolución de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, que ha expulsado al concejal después de que hace unas semanas se viera envuelto en una denuncia por violencia de género que acabó con una sentencia condenatoria por insultos. Los socialistas le abrieron expediente y le han quitado todos los cargos orgánicos en la agrupación municipal y ya no les representará en el pleno.
Norberto Máñez, en el pleno de diciembre, ya mostró su negativa a dimitir, a pesar de la petición del PSOE y de la reprobación del resto de grupos políticos de Chiva.
De esta forma el PSOE de Chiva se quedará oficialmente sin ningún representante en el pleno por primera vez en los 42 años de democracia reciente. Los socialistas han alcanzado la alcaldía en varias ocasiones, desde las primeras elecciones democráticas locales en 1979 gobernaron durante toda la década de los 80 y aún en las elecciones de 1991, también al principio de la década de los 2000 llegaron a la alcaldía gracias a una moción de censura.
Desde que en 2011 lograron el mayor número de votos de su historia con 2.041 sufragios, aunque no la alcaldía que fue para el PP con mayoría absoluta, los socialistas han llevado una carrera decadente de pérdida de votos. En 2015 pasaron de los 2.041 votos de cuatro años antes a 828, menos de la mitad, y en 2019 cosecharon los peores resultados de su historia con 520 votos y un solo concejal.
Ahora la agrupación socialista deberá sustituir orgánicamente a Norberto Máñez y buscar espacios de visibilidad para afrontar las elecciones de 2023. Siempre que el edil no dimita y entonces sí, el PSOE recuperaría su concejal.