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Hace dos meses que el ayuntamiento inició un exhaustivo control en las aguas residuales de la residencia municipal para vigilar si se detectaba el virus de la COVID-19.
El Ayuntamiento de Albal inició hace dos meses un control en las aguas residuales de la residencia municipal con el objetivo de vigilar si se detectaba el COVID-19. Finalmente, todos los estudios han resultado negativos.
Concretamente, con este control de las aguas residuales se buscaba detectar de una manera precoz un posible brote para proteger a los ancianos.
Estos controles se realizan tres veces por semana, los dos primeros corrieron a cargo del ayuntamiento, a través de Aqualia y ahora se realizan a cargo de la Generalitat.
El Ministerio de Sanidad ha informado que el control de las aguas residuales permite detectar casos leves o asintomáticos y es una herramienta de alerta temprana para identificar de forma precoz la presencia del virus.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, (OMS) indica que la vigilancia de COVID-19 en aguas residuales puede proporcionar información sobre cuándo pueden aumentar los casos con 5 a 7 días antes a que se constaten estos aumentos por parte de las autoridades sanitarias.