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La cantera de la sierra de Torrent cesó su actividad el 30 de junio de 2010 y ahora el consistorio ha decidido sacar a la luz el estudio que se realizó «hace casi una década» y poner en marcha el correspondiente proceso administrativo.
El Ayuntamiento de Torrent pondrá en marcha el correspondiente proceso administrativo para recuperar las 32 hectáreas afectadas por la explotación de la Serra Perenxisa, que en 2010 fue clausurada tras cerca de 40 de años de actividad. El objetivo no es otro que «cerrar la herida de nuestra Serra Perenxisa», según explicó a los medios de comunicación el alcalde Jesús Ros.
Concretamente, el edil detalló que el consistorio ha decidido sacar a la luz el estudio que se realizó «hace casi una década» y poner en marcha el correspondiente proceso administrativo que pasa por convocar de nuevo a este órgano, el cual está formado por una diversidad de asociaciones como por ejemplo el Consell Agrari y todos los agentes implicados en la sierra, entre otros.
Ros hizo hincapié en que el primer paso es convocar al consell y después «poner sobre la mesa el correspondiente proyecto y posteriormente se iniciará el proceso administrativo», ya que «todos los problemas tienen solución, lo que pasa es que si hay mucho trabajo de por medio no se ve nunca el final y en este caso para que exista un final primero tiene que haber un principio y sin duda es este», reiteró el edil.
Sin embargo, este proceso «es muy largo y se va a extender durante décadas», ya que las correspondientes entidades «nos deben ayudar a recuperar las tierras», ya que dicho agujero de la montaña equivale a 3.560 torres árabes como la emblemática edificación de la ciudad. Por ello, desde el consistorio apuntan que se necesitarán «cerca de 10 millones de metros cúbicos de residuos de construcción y demolición e inertes para restaurar el paisaje».
Recordemos que la cantera cesó su actividad el 30 de junio de 2010. Además, este proyecto estaba relacionado con un plan de protección de la Serra Perenxisa, cuyo objetivo era el de recuperar los terrenos para darles un segundo uso, disminuir el impacto visual de la cantera y además conseguir el desarrollo de la fauna y flora autóctona.
El consell planteó una serie de propuestas, llegando así a un consenso que planteaba la restauración de esta zona, lo que implicaba que se vertiesen residuos de construcción y se derribase el 70% de la explotación, lo que estima que la actuación dure más de 20 años.