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Ochenta y dos años después de que un pelotón de fusilamiento franquista sesgara la vida de setenta y seis personas y las echara a una fosa común se ha retirado la lápida que la cubre y se les podrá enterrar con dignidad. Ya se han iniciado los trabajos de exhumación de la Fosa 21 del cementerio de Paterna y los familiares de las víctimas recuperarán los cuerpos.
Gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Quart de Poblet y al gran trabajo de la Asociación de Familiares de la Fosa 21, se han localizado todos los familiares de los nueve quarteros fusilados entre el 15 y el 21 de julio de 1939, tres meses después de que el ejército sublevado entrara en Madrid y Franco firmara el comunicado que daba la guerra por terminada.
Pilar Taberner, sobrina-nieta de José Giner Navarro, uno de los represaliados y presidenta de la Asociación ha destacado que “recordarlos es darles su lugar en la historia”. El cuerpo de José Giner Navarro será trasladado al cementerio de Quart de Poblet para que pueda descansar en paz junto a su hermano.
Rosa Puchades, sobrina nieta de Ramón Plaza, vecino de Quart fusilado, ha señalado que “es un momento histórico, hay que recordar lo que ocurrió para que no vuelva a pasar. Siento mucha emoción”. Su hermana ha reconocido que se le han puesto “los pelos de punta. Es estremecedor”.
José Llopis tiene a su padre en la fosa. “Siento rabia por lo que hicieron pero a la vez alegría de poder llevarlo a su pueblo”.
Representantes del Ayuntamiento de Quart de Poblet no se han querido perder un momento por el que el Consistorio lleva años trabajando. Cristina Mora, concejala de Memoria Democrática ha destacado que “es un día inolvidable, la culminación de un trabajo que se inició hace muchos años con la creación del Consell de Memoria Democrática, la recuperación en Madrid de expedientes judiciales de vecinos represaliados y el apoyo incondicional a la Asociación de Familiares de la Fosa 21”.
Por su parte, la consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, ha asegurado que «esta actuación es un paso más en el camino de la justicia y la reparación para las víctimas y sus familias.»
Otros cuerpos que se encuentran en la fosa pertenecen a diferentes puntos de la geografía española como Catarroja (de donde son las únicas tres mujeres enterradas en ella), Bocairent, Manises, Torrent, Albacete o Madrid entre otros.
En la mayoría de las ocasiones se les sentenció a muerte por el simple hecho de ser miembros de organizaciones políticas, sindicales y, en general, porque constituían o podían constituir un peligro para el régimen. “En algunos casos, se les acusó de haber participado en 1936 en el asesinato del maestro Crescencio Rodilla, hecho que no se pudo demostrar.
Aunque han pasado muchos años, aún quedan vivos quince hijos de las 76 personas “lanzadas a la fosa de cualquier manera, sin ataúdes y sin ningún tipo de miramiento”, incide Taberner y de algunos de ellos aún no se ha podido encontrar a ningún descendiente.
A los que sí han podido localizar se les está recogiendo las muestras de saliva para comparar el ADN con el de los restos exhumados.
